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¿Pymes con consultor?: sus objetivos y límites

Las urgencias del día a día insumen la mayor parte de las horas de los pequeños empresarios y les impiden “parar la pelota” y detenerse a analizar la situación estratégica actual y las opciones a futuro de su negocio. Ante este escenario, un buen consultor podrá aportar su experiencia para hacer un balance general y realizar diagnósticos que permitan poner orden y planificación a las distintas actividades.

Este especialista no sólo posee herramientas analíticas que el empresario no domina, sino que al observar las cosas “desde afuera”, con una mirada objetiva y crítica, podrá descubrir problemas que ni el propietario ni su personal son capaces de detectar; esto último es lo que se denomina “miopía empresarial”, que consiste en encerrarse sin contrastar resultados y asumiendo que todo es como debe ser.

El consultor debería ser alguien que ayude a pensar el negocio de manera estratégica y constante. Lo que suele suceder es que el rol de este especialista va cambiando, ya sea porque cambian las condiciones o porque se ocupa de distintos problemas. Pero en parte es como la teoría de cuellos de botella: resolvemos algo y automáticamente surge otra dificultad que antes no se veía o no era prioridad.

Al comenzar el análisis, es fundamental acordar etapas u objetivos bien definidos, asignar una fecha, un presupuesto y un curso de acción. Esto nos brindará una guía y también una forma de medir el desempeño. En general las etapas normales de una consultoría son:

  • Análisis: aquí es donde se toma contacto con la realidad, se estudia la particularidad del proyecto y la empresa y se abordan los problemas de primera mano.
  • Diagnóstico: en función de lo sucedido en el paso anterior, se llevan a cabo diagnósticos y empiezan a esbozarse los primeros cursos de acción, asignando prioridades a los temas más importantes y urgentes.
  • Plan: se desarrollan los distintos planes estratégicos y operativos basados en los diagnósticos.
  • Implementación: se acompaña al cliente en la puesta en marcha de todo lo definido y se hacen los ajustes resultantes del día a día. Los pequeños empresarios suelen desconfiar de los consultores, en muchos casos porque desconocen realmente su posible aporte, el cual me gusta entender como la posibilidad de sumar profesionales y know how de alta calidad a un precio accesible, ya que en muchos casos no se cuenta con presupuesto para atraer gerentes de alta calidad y profesionalismo en forma permanente.

Como en todas las profesiones, existen buenos y malos, pero si tiene suerte o busca bien, puede conseguir un consultor de calidad que de seguro sumará mucho valor a su organización.

By |2019-02-04T20:33:45+00:00febrero 4th, 2019|finanza, profesional|